GUADALAJARA: la ciudad inagotable
No es sorpresa para nadie que, con los años, la capital de Jalisco haya recuperado su esplendor ante los ojos del mundo. La que a mediados del sigo XX fue la joya de México (hogar de los símbolos más emblemáticos del país entre los que se encuentran el tequila y el mariachi), hoy ha redefinido su identidad con interesantes propuestas de arquitectura, arte diseño y, en general, su vida urbana.
Quedan pocas dudas de que la Perla de Occidente mantiene su vigencia como sede fecunda de artistas y eruditos que han sabido comprender los signos de los tiempos, sin dejar de lado la confianza en aquello que los arraiga. La mayólica tonalteca, los valles sembrados de agave azul y los atardeceres de Chapala, la arquitectura marcada por los horizontes azules y los patios de cantera, el olor a tierra mojada, el reposo del tequila y la nostalgia charra son ecos que retumban en una vida cultural dinámica y atractiva, capaz de dotar a la ecuánime provincia de un rostro cosmopolita que on teme demostrar su potencial creativo y vívido.